lo largo de su obra, el tallista se encontrará frecuentemente ante la necesidad de realizar trabajos en los que alternando con sus composiciones de diseño ornamental, habrá también un componente de textos, iniciales, fechas, etc. que formarán parte de un conjunto.

La escritura decorativa es pues una asignatura más dentro del contexto del oficio, aunque no esté considerada entre las que presentan mayores dificultades de ejecución y menos aún, cuando sólo se trata de la transposición de caracteres o cifras de un alfabeto hacia un objeto determinado.

En la práctica, los problemas que puedan surgir en esta materia, estarán la mayor parte del tiempo ligados a la propia composición y a la estética de unas iniciales o de un texto; estas dificultades aumentan sensiblemente cuando se trata de crear un monograma el cual, a partir de tres letras, presenta ya serios problemas de composición a poco que se mantenga el grado de exigencia necesario hasta llevarlo a cabo.

Independientemente de su estilo y de su tipo de letra, será conveniente para su realización, partir a modo de croquis preliminar utilizando para más facilidad la tiza u otro medio que permita los borrados y retoques rápidos. Se encuadra dentro de un espacio geométrico y se esbozan los primeros trazos a una sola línea, es decir, sin volumen. Cuando ya se percibe una solución aceptable se empiezan a desarrollar sus formas definitivas, conservando como guía esta primera línea maestra.

e la manera de realizar un tema hay que decir que si éste no está impuesto por una exigencia precisa, existen tal diversidad de formas y variantes que pueden modificar una composición hasta encontrar una satisfactoria que, en ocasiones, la idea inicial llegará casi a desaparecer dando paso a sorprendentes soluciones totalmente diferentes de su principio.

Sabido es que existen innumerables tipos de letra con su correspondiente alfabeto así como patrones que ayudan a su construcción, aunque en cada caso será necesario adaptarlos a las necesidades de cada trabajo. Los antiguos catálogos de tipos de imprenta, ciertos manuales caligráficos así como documentación sobre manuscritos, contienen infinidad de ejemplos, cuya diversidad puede ser de una gran utilidad.

A la hora de ejecutar un grabado o de resaltar unas letras en relieve, se cuidarán particularmente las líneas de la caligrafía; en este caso preciso, la elegancia y esbeltez de los caracteres tienen tanta importancia al final de una obra como su nivel de acabado.

unque se disponga de patrones de trazado, casi siempre será conveniente distorsionar ligeramente la geometría de algunos caracteres escapando a ciertos cánones establecidos. El hecho de exagerar un rasgo, de alargar o disminuir una letra fuera de sus márgenes puede parecer irracional, pero ayudará sin embargo a romper la rigidez de un diseño a veces demasiado riguroso. La aplicación razonable de estas leves variantes aportará un toque de originalidad y ayudará a personalizar así ciertas composiciones con un sello diferencial.

Como se puede observar, en materia de caligrafía no existen reglas estrictas establecidas, por lo que en ocasiones se llega a composiciones muy originales y otras al contrario, a formas demasiado complicadas.

La libertad creativa se puede desarrollar sin limitaciones, ateniéndose naturalmente a lo que supone una coherencia de conjunto. Si acaso estuviera ajustada a alguna norma, esta sería sin duda la de no perder una de sus condiciones más importantes: la legibilidad.

Hay que hacer sin embargo una distinción entre los caracteres grabados y los que habrán de ser realizados en relieve. Su diseño es diferente, pues cuando en los grabados en hueco se permite una gran libertad de rasgos y líneas que los adornan, en el relieve sólo existen volúmenes concretos que al ser destacados de un fondo, exigen un perfil mucho más sobrio y riguroso que los primeros.

egún se dice anteriormente, la ejecución de textos, iniciales, cifras, etc. no supone una gran dificultad técnica; una vez realizado el dibujo sobre la madera tanto en el grabado como en los caracteres en relieve, se reservará siempre un ligero margen de seguridad para modificar si fuera necesario el contorno del dibujo. Se pondrá un especial interés en el perfilado de las letras, procurando siempre elegir gubias con el paso apropiado y cuidando el retoque de cualquier deformación de sus líneas, pues su esmerada ejecución reflejará en gran medida el grado de minuciosidad y el buen gusto de su autor.

Mostrados por las siguientes láminas, se encontrarán diferentes tipos de escritura adaptable a grabados y relieves, así como letras capitales, iniciales, monogramas, etc.

Lámina 1		Lámina 2		Lámina 3		Lámina 4		Lámina 5		Lámina 6