ROGELIO RIESGO  
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El afilado
El afilado de las gubias
 
Máscara cartela.


Dentro de la actividad desarrollada por el tallista en madera, el afilado de las herramientas constituye una de las exigencias elementales de mayor importancia. El dominio de esta técnica tendrá una gran influencia sobre los resultados finales del trabajo. Hay que saber que paralelamente a la necesaria habilidad manual y a los conocimientos adquiridos a lo largo de un período formativo, el corte neto y franco de una gubia da a los trabajos ese carácter de limpieza y naturalidad propios de un dominio correcto del afilado.

El tallista, consciente de esta importancia, no dudará en afilar y mantener sus herramientas en perfecto estado de corte, sabiendo que sus acabados serán más netos y definidos y esto, realizado con un menor esfuerzo físico.

El material de afilado consta básicamente de una muela de esmeril o de agua, (en el mercado existen muelas de agua eléctricas equipadas con un reductor de revoluciones), piedras de asentar y un juego de piedras que con sus formas especiales, se adaptan a los perfiles interiores de las gubias. Poseer un juego de piedras de afilar de buena calidad no es tarea fácil; sólo la experiencia que se irá adquiriendo con los afilados, ayudará finalmente a conseguirlo.

Muela eléctrica de esmeril.
Muela de esmeril

En el comercio se encuentra gran variedad de piedras para el afilado, aunque no todas son de gran calidad, con el tiempo será conveniente seleccionar unas y eliminar otras hasta constituir el surtido necesario.

Actualmente se vuelven a comercializar las famosas piedras "Arkansas", procedentes de los Estados Unidos, estas se presentan en las diferentes formas necesarias para el afilado y son de muy buena calidad, aunque de elevado precio. Las gubias nuevas vienen inicialmente con un bisel desbastado y tosco que cada tallista deberá terminar con el afilado correspondiente.

Primeramente y en función de la dureza de la madera que se vaya a utilizar, se definirá el ángulo de corte o bisel con el que se quiere trabajar, sabiendo que este deberá ser más corto, cuanto más dura sea la madera.

Se utilizaba para esto la muela de agua, que actualmente ha sido parcialmente reemplazada por la eléctrica de esmeril.

En esta, se presenta la gubia con la inclinación del ángulo deseado, efectuando un ligero balanceo lateral que recorre todo el ancho de la herramienta y conservando siempre el mismo ángulo, se desgasta el bisel hasta que se forme una ligera rebaba, con lo que la gubia ya estará preparada para pasarla a la piedra de asentar.

Piedra de asentar.
Piedra de asentar

La piedra de aceite, o piedra de asentar, es un bloque plano en el que se vierten unas gotas de aceite, donde se afina el bisel exterior de las gubias. La fase de asiento consiste pues en un movimiento de vaivén que deberá ser perfectamente horizontal al objeto de no redondear el bisel en el sentido longitudinal, lo que anularía los efectos del vaciado de la muela. Esto se consigue mediante el movimiento oscilante del brazo hacia atrás y hacia adelante y no de las muñecas, cuya oscilación, por ser tan corta, describe una ligera curva que acabaría redondeando el bisel.

Piedras de afilado interior. Piedra de afilado interior.
Piedras de afilado interior

Una vez que esta operación está realizada, del juego de piedras de perfiles especiales para el afilado interior, se toma una de las piedras que corresponde al paso de la gubia y poniendo un poco de aceite se procede a su afilado, de manera que tomando la gubia con una mano y la piedra en la otra y con un movimiento de arriba abajo, se va alternando exterior e interiormente hasta que la rebaba desaparezca totalmente. El apoyo de la piedra contra la herramienta será cada vez más suave para terminar el afilado, al objeto de dejar el corte perfectamente fino.

Si la piedra es fina y con suficiente mordiente, con la práctica se llega a una calidad de corte como el de una cuchilla de afeitar, dependiendo su duración de la calidad del acero, de la dureza de la madera y también de los cuidados en su manejo.

Muela con perfiles de plomo.
Muela con perfiles de plomo

Nunca se deberá retardar un afilado, las herramientas en mal estado de corte siempre afectarán la calidad del trabajo, retardarán el tiempo de su ejecución y aumentarán el riesgo de accidente debido a su mal funcionamiento.

Es evidente que un afilado perfecto sólo se conseguirá después de una larga práctica, por lo que durante los primeros afilados con la muela de esmeril, convendrá no insistir demasiado al objeto de no destemplar el acero de las gubias por calentamiento, o a su desgaste prematuro a causa de las imperfecciones del afilado. Si acaso, se puede practicar con herramientas de poco valor a modo de entrenamiento.

El afilado de los formones requiere la misma técnica, con la diferencia de que al ser una herramienta de forma plana, su afilado se realiza enteramente a la piedra de asentar, después de su vaciado en la muela de esmeril.

 

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