ROGELIO RIESGO  
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La mecanización
Misericordia (Comminges).

Los avances alcanzados desde el principio de la Era industrial y que continúan evolucionando con la progresión de las nuevas tecnologías, afectaron singularmente las costumbres y modos de trabajar en todos los ámbitos de la actividad industrial y artesanal.

El trabajo de la madera, que desde tiempos remotos y hasta bien entrada la llamada revolución industrial, se había ejecutado manualmente desde el principio hasta el fin de la obra con la maestría adquirida durante toda una carrera profesional, vio alterados sus métodos de trabajo y sus costumbres en el espacio de dos generaciones.

La mecanización, se asoció rápidamente a las exigencias de rentabilidad e impuso nuevos criterios de productividad logrando obtener así, con estas modernas tecnologías, espectaculares resultados en cuanto a rendimiento.

Estos procedimientos de trabajo, constituyen hoy en día, las bases sobre las que se asientan la casi totalidad de las actividades industriales, con lo que suponen además como progreso y comodidad.

Singularmente y en lo que concierne a la talla en madera, será siempre necesario considerar esta realidad con ciertas reservas, en cuanto a las posibilidades que ofrece su mecanización. El deseo de aumentar la productividad, lleva consigo la incompatibilidad que supone un trabajo perfectamente elaborado donde se impone una labor ejecutada manualmente, con la rapidez exigida a su realización a partir de una ayuda mecánica.

Siempre será necesario establecer una diferencia entre la asistencia que puede prestar una máquina como contribución al avance de una obra, considerándola como una herramienta más, con sus ventajas y sus limitaciones y no como un fin en sí. La rentabilidad obtenida por este procedimiento, haciendo omisión de la contribución manual, irá ciertamente en detrimento de la calidad y de los resultados finales.

Cartela. Obra del autor.

La maquinaria específica aplicada en la talla en madera, hasta la actualidad, no experimentó progresos tan avanzados que puedan permitir realizaciones que prescindan totalmente de la mano del hombre.

Evidentemente, las peculiaridades de esta actividad son difícilmente compatibles con cualquier intento de mecanización.

Estos trabajos, requieren una terminación manual y la supresión del carácter espontáneo dado a una obra ornamental por el tallista, acabaría perdiéndose al ser suplantado por máquinas cuya exigencia, obedece más a criterios de rentabilidad que a los resultados obtenidos sobre el trabajo finalizado.

La concepción y diseño actuales de las máquinas existentes, se sitúa más bien como un apoyo complementario, que facilita la labor del tallista. Estas, suponen un apreciable avance y ahorro de tiempos y esfuerzo en la preparación preliminar del trabajo, por lo que deberán considerarse como las herramientas complementarias e indispensables de un taller.

La variedad de máquinas específicamente dedicadas a realizar trabajos en la talla en madera, es relativamente reducida y se componen esencialmente de tres tipos que son: copiadoras, fresadoras y molduradoras.

Máquina de reproducir (Copiadora)

Máquinas de reproducir (copiadoras).
Máquinas de reproducir (copiadoras)

Esta máquina, funciona según los principios del pantógrafo, copia reproduciendo las formas o volúmenes desde un modelo. Consta de dos cabezales o más, (hasta doce) equipados con fresas.

En el cabezal del centro o en un extremo lleva un palpador del mismo diámetro que las fresas. En la superficie de trabajo de la máquina se fijan las piezas que se desean reproducir, bien sea entre puntos para poder girarlas, si se trata de estatuas o figuras en tres dimensiones, o fijas si sólo tienen una cara trabajada. Del mismo modo, se encuentra también fijado el modelo a reproducir de tal manera que, cuando la máquina empieza a trabajar, sólo eliminará madera sobrante hasta que el palpador haga contacto con el modelo.

Hay varias medidas de fresas, de modo que se empieza por las de mayor diámetro en la fase de desbaste, seguidamente se disminuyen los diámetros de las fresas de modo que en tres operaciones o cuatro, ya se consiguen ver o precisar los detalles del modelo.

El corte de estas fresas es redondo, al objeto de poder recorrer las formas del modelo con más facilidad, por lo que el acabado, además de tener un corte circular no alcanza los fondos de incisión aguda y siempre será necesaria la terminación manual.

Fresadora

Fresadora.

El trabajo de esta máquina, es interesante por el desbaste y la aproximación de proporciones que realiza, siempre que su dedicación esté orientada a la realización de piezas en serie; su rentabilidad está en relación con la confección de un modelo y con la cantidad de piezas a ejecutar. No es frecuente encontrar esta clase de máquinas en un taller artesano por la inversión económica que supone, siendo principalmente utilizadas en las fábricas dedicadas a la producción seriada.

Es una máquina portátil que consta de un bloque motor, que gira a gran velocidad, (20.000 r.p.m aprox.) cuyo eje lleva un mandril en el que se pueden fijar fresas de diferente perfil, las cuales se pueden regular a mayor o menor profundidad.

Tiene una base que se asienta sobre la superficie de trabajo y va provista de unas manillas que permiten guiarla. Su principal función es la de vaciar los fondos planos de la talla.

Una vez determinada su profundidad, se realiza el vaciado por medio de un juego de fresas, las cuales, al ir reduciéndose su diámetro, llegan a aproximarse prácticamente a los contornos del dibujo. Estas pequeñas máquinas son de una gran utilidad y fácil manejo; poseen también varios accesorios que permiten la elaboración de molduras, rebajes, círculos y diversos perfiles.

Algunos talleres dedicados a la producción seriada emplean fresadoras de mesa especiales, que reproducen dibujos y formas, guiadas por plantillas-modelo que se encuentran intercaladas bajo la superficie de trabajo.

Existen diferentes marcas de fresadoras, con calidades y precios que también varían bastante, por lo que la opinión de un profesional será siempre aconsejable en el momento de efectuar una compra.

El interés productivo de una máquina portátil de estas características es indiscutible, su precio relativamente razonable será amortizado rápidamente, teniendo en cuenta la variedad de prestaciones que ofrece.

Molduradora (Tupí portatil)

Se cita por memoria esta máquina portátil, poco divulgada en los talleres y que tantos servicios podría rendir. Su fabricación y comercialización fueron interrumpidos por razones que se desconocen.

Molduradora (tupí portatil)
Molduradora (tupí portatil)

Esta herramienta, como todas las portátiles, consta de un bloque motor que gira a (15.000 r.p.m aprox.) prolongado por un pequeño árbol de tupí, en cuya hendidura se fijan los perfiles de acero rectificado de 3 mm de espesor con la forma de la moldura que se desea realizar. Va provista de una guía, que se apoya en el borde de los contornos y esto permite la ejecución de molduras, rebajes, ranuras, etc. en rectas, curvas y contra curvas, allí donde ninguna máquina convencional puede llegar.

Esta máquina portátil, al ser de fabricación extranjera, sería deseable que alguna de las representaciones nacionales de maquinaria, se interesara en su comercialización, prestando así un gran servicio a los profesionales, al dar a conocer las ventajas de esta herramienta de tanta utilidad.

La relación de las máquinas dedicadas a la talla en madera se puede complementar con las clásicas herramientas, como son el taladro, sierra de cinta y de calar, lijadora eléctrica, etc. de un manejo manual, pero que no constituyen ya el material específico de esta profesión.

  La Talla ornamental en Madera por Rogelio Riesgo Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.