Entre la realización de un dibujo o cualquier motivo ornamental destinado a la talla y su finalización, se encuentra la etapa de su transposición a la superficie de trabajo.

Partiendo ya de un motivo seleccionado o de su trazado inicial dibujado directamente sobre la madera, el tallista deberá encontrar soluciones que le permitan conseguir una perfecta simetría en su dibujo.

Se recurre para esto a las diferentes formas de plantillas que generalmente son confeccionadas por el tallista, adaptándolas a las necesidades del trabajo que se va a ejecutar.

Dentro de la gran variedad de tipos de plantillas, una de las más empleadas en la talla en madera es la del papel vegetal o de calco, que permite por su transparencia, la copia de un dibujo y su reproducción simétrica.

Como se sabe, el grafito depositado por los trazos del lápiz sobre el papel, queda impreso en la madera u otro soporte, al volver a dibujarlo por el lado opuesto.

Cuando el dibujo ha sido realizado sobre papel opaco, se suele utilizar el papel carbono, intercalándolo éste entre el dibujo y la madera.

Otra de las plantillas utilizadas con frecuencia es el cartón, en el que se recorta el motivo deseado; en este se conservan ciertos puntos de referencia, como el centro o los ángulos, que permitan el trazado preciso de la simetría de un dibujo. En trabajos de serie, donde se trazan numerosas piezas, se confeccionan también plantillas utilizando placas finas y flexibles de material plástico, mucho más duradero que el papel o el cartón.

También se pueden realizar en madera contra chapada de poco espesor, láminas de material plástico, chapa metálica o cualquier otro material.

Sus funciones serán siempre las mismas, buscando soluciones que faciliten la labor y adaptándolas a los métodos de trabajo de cada uno.

En el momento de confeccionar una plantilla, puede ocurrir que el ornamento o motivo de talla destinado a ser reproducido de una manera simétrica, no corresponda exactamente con las medidas requeridas y en este caso se recurrirá a algún sistema de ajuste en el dibujo.

Una de las prácticas corrientes para el aumento o la reducción de ciertos dibujos era la utilización del conocido procedimiento de la cuadrícula.

Para ciertos trabajos, también se suele emplear el compás de reducción, esta herramienta, consta de dos brazos articulados en forma de equis, los cuales, debidamente regulados, reducen o aumentan las medidas de un modelo guardando siempre sus proporciones.

Últimamente, con los avances técnicos llevados a cabo en materia de informática, este modo de ampliación o reducción de dibujos quedó en desuso con el cómodo empleo de las fotocopias o la impresión por ordenador.